Roma.

¿Puedo entrar en tu silencio?

Sé que a veces tu cabeza hace ruido,
que las ideas se enredan
y los pensamientos no te dejan en paz.

Sé que hay noches en que no encontrás
el botón para apagar todo,
y que el silencio, lejos de calmar,
se vuelve un eco que no para.

No quiero que me digas todo,
no quiero invadir tus espacios,
pero quiero que sepas
que puedo sostener tus pausas,
que puedo entender tu caos
aunque no tenga todas las respuestas.

Quiero ser ese lugar
donde no tengas que fingir calma,
donde no sientas que tenés que ser fuerte.
Podés cansarte en mis brazos,
podés desordenarte conmigo,
porque mi amor no pide perfección,
pide verdad.

Si el ruido en tu cabeza pesa,
quiero que sepas que puedo ayudarte a llevarlo.
No porque tengas que soltarlo todo,
sino porque lo que es tuyo,
también puede encontrar un rincón en mí.

No estás solo.
No tenés que estarlo.
Te quiero con tu caos,
con tus miedos,
con tus silencios.
Te quiero incluso cuando vos
no sabés cómo quererte.