Me encanta tu manera de mirarme,
que tiene los mas bellos resplandores;
que brillan con tan mágicos fulgores
que logran tiernamente obsesionarme.
Es gloria celestial el contemplarme
en esos negros ojos soñadores;
que portan los misterios tentadores
que hicieron locamente enamorarme.
Te digo, sin temor a equivocarme,
que nadie como tú, despierta ardores
que saben a tu amor encadenarme;
trayendo con tus besos los sabores,
que pueden simplemente aprisionarme
con esos tus deleites seductores.
Autor: Aníbal Rodríguez