¿Me acompañarías en mis largas travesías,
en esas aventuras y suaves poesías?
Ronronearía suave en tu pecho dormido,
amasaría lento tu espalda, mi abrigo querido.
Seriamos dos pequeños felinos en la búsqueda,
de un lugar donde la maldad no cause desgracia ni lucha, donde el ser humano no sea nuestro verdugo cruel,
sino un mundo de calma, amoroso y dulce papel.
Seriamos dos gatos, cruzando calles y fronteras,
Dos gatos libres bajo noches sinceras,
admirando juntos las brillantes estrellas,
adivinando el destino en sus luces tan bellas.
Jugando con sombras bajo cielos estrellados,
bajo el manto dulce de amores callados,
nuestro amor tierno, dulce y sagrado,
que nos envuelve y hace el tiempo pausado.
Solo si fuéramos gatos, amor mío.
Y si solo decidieras acompañarme.