Sancho Panza

Mañana será otro día

 

Al doblar la esquina me topé con ese sauce llorón: en el cual tallamos nuestros nombres encerrados en un corazón.

 

Lloramos y pedimos al cielo consuelo,mas este se nubló y comenzó a llorar, uniendo su llanto cual monzón.

 

Cuando se empapa de tristeza el alma y la humedad llega al corazón, la fogata de los recuerdos vividos calienta poco y nada.

 

Veré si le echo más leña a los recuerdos para así dormir un poco más calentito, y mañana... Mañana será otro día, Dios mediante.