Ella, al vacío emocional
lo llena con la ilusión,
y por lo inopinado
el alma se le hace triza.
El dolor lo convierte
en ira retenida,
y lágrimas grises
corren por sus mejillas.
Se aferra al débil hilo
de la esperanza efímera,
y al llorar lágrimas de sangre
redirige su triste vida.
Catalina.