_Tú, el amor y yo_
No hay geometría que baste
para contener el latido.
Tres vértices arden
como brasas en la noche:
tú, el amor y yo.
El triángulo respira,
sus aristas tiemblan
cuando tus labios trazan
la línea hacia los míos.
En el centro
no hay vacío,
hay un fuego suspendido,
una figura abierta
que se rehace en cada beso.