Mis canas son reflejos de lunas escondidas, & los hilos que el crepúsculo bordó sobre mi sien.
Cada hebra es memoria de pasiones vividas, & y un pacto con mi alma que me mantuvo en pie.
Las arrugas son grietas de luchas repetidas, & susurros del camino que nunca olvidaré.
Cicatrices de ausencias, de historias ya perdidas, & mas guardan la certeza de que aún sigo en pie.
El tiempo me ha pintado de escarcha la mirada, & mas no logró apagarme la llama que me guía.
Soy río y soy ceniza, soy fuego en madrugada, & espíritu que rompe la cárcel de los días.
Y al mirarte descubro que el mundo se ilumina, & porque tu amor me otorga la eternidad divina.