En el anverso de la noche,
pueden brotar azucenas
y claveles inocentes.
Ya amaneció y va entrando
la luz por las persianas.
Afuera, el borde de la luz
empujando las horas.
Yo tendré la constancia
para sembrar en mi huerto
un poco de esperanza,
con el solo aleteo
de una mariposa.
L.G.