Editorial Grupo Cero

AMANECEMOS LOS DOS... Poema 33 de El hombre y Yo, de Miguel Oscar Menassa

Amanecemos los dos

tendidos en el aire,

en los recuerdos de la fiesta,

haciendo de cuenta

que todo fue soñado

salimos despedidos

en direcciones diferentes. 

Yo me dejo llevar 

por el sonido del sol

y volando me incendio

y me hago llama. 

Ella se deja llevar 

por la atracción de la tierra

y conoce por fin

el centro mismo de su cuerpo. 

 

Mañana 

habrá un Universo

una pequeña llama

con mi nombre,

perdida para siempre

entre otras llamas

y un centro 

con nombre de mujer,

en el propio centro de la tierra

que no podrá 

perderse ni encontrarse

porque llama y palabra

son palabras

pero su cuerpo

siempre es algo más, 

por eso tan desconocido,

tan imposible de decir,

tan suyo, tan del mundo,

tan de nadie.

(Del libro El hombre y Yo; Ed. Grupo Cero)