Paranoia final
Porque quise yo ir a verte, disfrazado,
he sufrido el escarmiento de la vida:
de poeta y visitante, sin medida,
por la misma policía, condenado.
Me agarraron una noche en descuidado
y no supe si en la calle era homicida.
Si esto llama la justicia grande herida,
no imagino qué será ser incautado.
Por lo tanto, con trocaicos me despido,
al estilo de Chocano en mi versar,
porque todo fue inmoral e inmerecido.
Suficientes conjeturas fui a pasar.
Y recuerden, que la vida es un pedido,
donde el hombre es como un río que va al mar.
Samuel Dixon