Estos, y los otros, son los tiempos en que
Se constatan que estamos
Inmersos en un viaje del
Entusiasmo a la
Desconfianza.
¿De qué textura está hecha
Realmente esta sociedad?
¡¡Sí lo sabemos!!
Pero nuestra cobardía
Nos impide hablar
De ella.
Desde hace dos mil años, y que empieza con el Imperio romano, las grandes crisis de la humanidad llevan todas las mismas firmas de origen: Occidente. “…Haz lo que sea, la Pax romana y el sistema te ampara y te protege aún hoy en todo; pero si algo falla, el mismo sistema que te amparaba te condena si pones en peligro sus estructuras, sus privilegios; si no es así culpará a la sociedad dado de que ésta solo está para ser parte de la corrupción si llegara el momento”
En su momento una frase del Borbón Juan Carlo I – un menor de edad que entró en España ilegalmente pero sí bien acompañado por los suyos - era nieto del rey Alfonso XIII, el que apoyara el Golpe de Estado de 1923 -, fue portada de todos los periódicos, revistas, distintos medios de comunicación, tertulias, comentarios callejeros y hasta charlas de “in-cultos” eruditos del conocimientos, del conocimiento servil y garrulo, lo fue en una fiesta de campanario cutre en el cual, claro, él era el centro de todas las miradas y atenciones y en la que dijo: “ Cuidado con los vasos, que los paga el Pueblo español”, y todos los allí presentes le rieron la gracia; fue porque una sostenedora de su trono, Maruja Torres, cantante y bailaora ridícula de la época, se había puesto sobre su cabeza un vaso de whisky; de esta memez, dicha por alguien que hoy está considerado un ladrón, un rey corrupto y que está huido por consejo de la Justicia española y que es la que lo protege, se habló con orgullo durante años.
Lamentablemente ( o quizás no tanto) en este momento y desde hace ya décadas en España no hay ni tan siquiera una institución, ninguna, de merecido respeto entre una sociedad que se ve avocada al derrumbe: todas, absolutamente todas las instituciones políticas e incluso sociales y culturales están bajo el paragua de control de un poder corruptísimo que lo vigila y lo controla todo; si hace algunos años aún se hablaba del poder que tenía el Ejército español por aquello de ser siempre golpista, hoy a la institución que más se teme es a la Justicia, un verdadero poder en la sombra siempre al amparo de los de antes y después del Régimen del 78 y que en verdad fue lo que dio paso a otro intento de Golpe de Estado llevado a cabo en 1982, por el entonces Rey Juan Carlos I, como en su momento lo dio también otro Borbón, Fernando VII, en 1812. Lo que en cierto modo se ignora, por desconocimiento de todo, es que este mismo ejército que hoy está al margen de casi todo cumple una misión concreta y que está recogida en la Constitución del 78 y es la de ser “garante de la unidad de España”; quiere decir, que si en un momento dado esta “unidad” políticamente se rompe por decisión ciudadana en las urnas y por tanto democráticamente este mismo ejército, como el de Fernando VII en 1812, saldrá a la calle a matar si fuera preciso, en nombre solo y exclusivo de la Santa y Maldita unidad de España, siempre ha sido así, desde siglos. El que dude de actos como este que menciono, con argumentos válidos, que estudie y averigüe cómo el rey de Italia Víctor Manuel III de Saboya cedió y se puso de parte del fascista Benito Mussolini y contra su propio pueblo en tiempos de la II Guerra Mundial, en pleno nazismo.
Hoy, y por otra parte, la misión primera y única de la Banca española (otro poder corrupto y protegido), es generar deudas sobre todas las capas sociales del Estados, de los Gobiernos y por último de la sociedad de a pie en general: creando deudas se controla al pueblerío – que se mantiene constantemente arrodillado y que al final es ella misma la que opta por ser esclava sumisa de este poder que es el económico -. Claro que no faltarán los que digan y proclamen perrunamente que estamos en un Estado de Derecho, en una democracia y que también culparán de todos los males a los emigrantes que vienen de fuera, de África, de Asia y también de esa América empobrecida a los cuales verán como el verdadero peligro de su estabilidad económica, la única faceta que verdaderamente les preocupan, porque si mañana, o pasado mañana, se instaurara de nuevo una dictadura militar o económica, no me cabe ninguna duda de que esta sociedad arrodillada la ampararía y hasta la votaría en las urnas (si las hubieran), pero antes lo harán todas las instituciones presentes hoy, estando a la cabeza de ellas la Corona, la Iglesia y la Banca, ¿ o es que así no han sido las veces anteriores?
¡¡Que nadie piense mal, ni se alarme ¡!. Esto no es sino una simple crítica a la destrucción.