Si la caída te quiebra,
no es por derrota:
el espíritu es libre,
resurge y celebra.
Más allá de la muerte,
la eternidad es posible.
Como llama encendida,
tu alma es invencible.
Ningún espíritu es vencido:
resiste y renace.
Ningún espíritu es vencido,
si cree en lo que hace.
Y ante cada batalla, ante cada muralla,
ante cada victoria,
y ante cada gloria.
El alma guerrera
es fuego activo,
fuerte y verdadero,
eterno, constante.
Ningún espíritu es vencido:
insiste y renace.
Ningún espíritu es vencido,
si cree en lo que hace.
Cincelado en roca viva, firme, inalterable,
tallas y esculpes,
de espíritu imparable.
El alma no se quiebra
ante las adversidades.
Naciste hecho en fuego,
tu luz no tiene ego.
Tallado paso a paso,
luchador incansable,
la noche no te frenó:
el dolor fue tu clave.
Ningún espíritu es vencido:
insiste y renace.
¡Jamás serás vencido,
si crees en lo que haces!
¡Jamás serás vencido,
si crees en lo que haces!