Nkonek Almanorri

CONOCIMIENTO, ¿PARA QUÉ?

El primer compromiso del escritor,

Del poeta, del periodista e incluso del

Historiador honesto es devolverle a la

Sociedad una verdad que le ha

Sido borrada, arrancada.

 

El que escribe ha de buscar

Siempre reelectores,

No simples lectores de un día,

De una ocasión.

 

Me pregunto qué hay, qué existe y/o queda entre la observación de la realidad que nos llega y la capacidad de expresión, cada vez más pobre y escasa, a través de la palabra.

 

¿Qué hay detrás e incluso delante de un nombre? ¿Si le fuera dado otro nombre a la rosa sería menos suave y dulce su perfume? Esta cita (referencia), está tomada del acto II de Romeo y Julieta y también abre el último libro de la poetisa Ana Luisa Amaral, “ ¿Qué hay en un nombre? ”.

 

Existe, de manera cada vez menos invisible, una tensión entre la observación de la realidad diaria y la capacidad de expresión y comprensión a través de la  palabra y esto se debe en gran medida al bajísimo y muy pobre nivel cultura que padece esta sociedad actual, incluida la que ha salido de las universidades con carreras,  másteres y con grados de estudios superiores (salvo excepciones, claro), lo cual confirman algunas voces que dicen que: “Las universidades, salvo excepciones, repito, son Centros de Castración intelectual primero y social después”.