Aquí estoy,
con la risa en pedazos,
la mirada encendida
y el cansancio en los huesos.
Aquí estoy,
con la piel marcada
por lo que nunca dije,
por lo que siempre duele.
Aquí estoy,
escuchando en el techo
el rumor de la sombra,
la crueldad del silencio.
Aquí estoy,
cavando en mi pecho,
donde el tiempo se dobla
y la memoria se apaga.
Aquí estoy,
a la intemperie de los sueños,
con la sed de lo que falta
y la certeza de lo perdido.
Aquí estoy,
entre lo que he sido
y lo que no seré nunca,
sosteniendo ausencias
como quien sostiene el aire.