¿QUÉ ERA?
Lo ya pasado.
Adonde, si nos llama,
podemos volver
por la vía de la memoria.
La memoria no entrega
sino un residuo: un recuerdo,
una idea leve, ausente,
y, a veces,
imponente.
El tiempo pule
los bordes de un recuerdo;
si no se visita,
se borra:
nunca del todo, solo en parte.
Así, entonces,
todo nuestro pasado
cabe en recuerdos:
incompletos, sí,
pero invaluables,
porque son lo que queda
de lo que fue.
¿QUÉ ES?
El presente —instante—,
unidad mínima del tiempo
(«si es que el tiempo existe»),
fluye continuo hasta la muerte.
Vive lo que te ofrece:
no está para gastarlo en nada.
Sin el presente
no habría futuro
ni habría pasado.
Todo sucede aquí.
¿QUÉ SERÁ?
Esperanza:
que el destino conceda
lo que hemos buscado
y amado
hasta ahora.
El porvenir no llega:
se convierte, siempre,
en el siguiente presente.