Exilio
Me arrancaron de mi tierra
como a un árbol enfermo,
dejando el hueco abierto
donde mi sombra respiraba.
Camino calles que no me llaman,
puentes que no me recuerdan,
rostros que no saben
el idioma de mi herida.
El exilio es un duelo sin tumba,
una despedida interminable,
una patria que me arde en la sangre
y no encuentro en ninguna frontera.
Cada noche abro la maleta
y me miran los fantasmas:
la risa de los míos,
el olor del pan caliente,
las voces que ya no volverán.