¿Quién soy cuando callo,
cuando mi reflejo no me reconoce
y mi sombra se sienta a cuestionarme?
¿Dónde habito cuando duermo,
y por qué mis sueños a veces duelen
más que las cicatrices que no se ven?
Soy pregunta sin respuesta,
laberinto sin salida,
un nombre que se arrastra por la boca del tiempo
sin saber a quién pertenece.
¿Soy la herida o la sanadora?
¿El eco o la voz que lo crea?
A veces me despierto siendo un verso incompleto
en el poema de otro,
otras, un suspiro antiguo
que aún busca su pecho para descansar.
¿Dónde termina el amor
cuando no encuentra cuerpo donde quedarse?
¿Y la fe, a dónde va
cuando el alma duda en la oscuridad?
He amado sin ser amado,
creído sin evidencia,
llorado por verdades
que prefería no saber.
He sido todos los rostros,
y a la vez, ninguno.
Tal vez soy solo eso:
un acertijo con forma humana,
una incógnita disfrazada de certeza,
un mapa sin destino
en la brújula de lo eterno.