FRANCISCO CARRILLO

me olvidaron.

¿ He de acabar escondido?

por la muerte, desahuciado

que ni Dios a mi ha llegado

ni los ángeles divinos,

me acuden amortajado.

 

¿Puede ser que sea castigo?

que mis flores se marchiten

que vea, que se despiden

mis amigos y enemigos

entre la carne que pudre.

 

¿ Es posible que la pena?

de verme solo, olvidado

sea el impuesto que pago

pues en vida eso quisiera

al hacerlo, equivocado.

 

Hoy mi alma se deshace

en recuerdos que se olvidan

hoy, mi carne está podrida

por los actos y detalles

que con otros, tuve en vida.

 

Crujen de pena mis huesos

entre silencios que habitan

largo y duro el sufrimiento,

de quien muere y significa

que mueren también sus recuerdos.

 

Nadie viene o me visita

y mi carne, de gusanos

es el festín, la comida

y mi alma del pecado

mi condena, cada día.

 

Se olvida mi nombre, quien fui

se queda en el mundo mi paso

la vida que tuve y viví

ahora la entiendo y la pago,

y nadie.. se acuerda de mi.

 

No hay rezos, plegarias o llantos

ni pena por seres queridos

mi muerte mi fin, solo ha sido

principio a ser olvidado

en eso, me convertí.

 

No fui parte de un amigo

de un amor, tampoco fui

ni si quiera fui buen hijo

buen padre, tampoco fui

a nadie nunca he querido.

 

Es mi fosa abandonada

de todo esto, motivo

ni flores ni crucifijo

solo polvo y telarañas,

solo eso.. he conseguido.