¿ He de acabar escondido?
por la muerte, desahuciado
que ni Dios a mi ha llegado
ni los ángeles divinos,
me acuden amortajado.
¿Puede ser que sea castigo?
que mis flores se marchiten
que vea, que se despiden
mis amigos y enemigos
entre la carne que pudre.
¿ Es posible que la pena?
de verme solo, olvidado
sea el impuesto que pago
pues en vida eso quisiera
al hacerlo, equivocado.
Hoy mi alma se deshace
en recuerdos que se olvidan
hoy, mi carne está podrida
por los actos y detalles
que con otros, tuve en vida.
Crujen de pena mis huesos
entre silencios que habitan
largo y duro el sufrimiento,
de quien muere y significa
que mueren también sus recuerdos.
Nadie viene o me visita
y mi carne, de gusanos
es el festín, la comida
y mi alma del pecado
mi condena, cada día.
Se olvida mi nombre, quien fui
se queda en el mundo mi paso
la vida que tuve y viví
ahora la entiendo y la pago,
y nadie.. se acuerda de mi.
No hay rezos, plegarias o llantos
ni pena por seres queridos
mi muerte mi fin, solo ha sido
principio a ser olvidado
en eso, me convertí.
No fui parte de un amigo
de un amor, tampoco fui
ni si quiera fui buen hijo
buen padre, tampoco fui
a nadie nunca he querido.
Es mi fosa abandonada
de todo esto, motivo
ni flores ni crucifijo
solo polvo y telarañas,
solo eso.. he conseguido.