marco romero

El intruso

Es esto

solo esto

 

Esperar

sin nadie

en el centro del cuarto

donde la luz no entra.

 

Hay una quietud que no es silencio,

es la llaga que nunca drena.

 

Un viento negro, un hielo sucio.

 

Tú vienes como el intruso y hablas

como un cáncer que aprende a rezar.

 

Te centras. Escuchas mi podrido pensamiento

 

—Soy la Víctima, la muñeca que mece su dolor.

La que se pudre gritando

desde el fondo de la pupila.

 

Estoy presa en el cristal de mis ojos,

 de estas ventanas suicidas que miran hacia afuera.

 

 

m.c.d.r