Ausentes colores,
en suspiros rompían el gris del cielo,
una ínfima ventana de levedad,
el sol más solitario que nunca,
entre maleza y verdad…
Nos vamos entendiendo,
con el silencio de quien engaña,
se engaña, se deja, se calla,
la mañana delega su carácter y estalla,
entre aquellos pequeños puntos de fragilidad.