Son llamas que en la noche se levantan
y encienden con su luz la casa oscura,
herencia esta del amor, raíz pura,
promesas fieles, jamás sobresaltan.
Sus ojos guardan firme luz que brilla,
al fiel reflejo nace la esperanza,
cual río que su fuerza nos afianza,
sonrisas que nos brotan, maravillas.
Los sueños como hombres les pertenecen,
sus pasos forjan dura la faena,
sus alas buscan cielos donde crecen.
Los hijos son, jamás se les condena.
Mi sangre en su memoria resplandece.
El lazo del amor será cadena.
JUSTO ALDÚ © Derechos reservados 2025
*Aporte de Freddy Kalvo
Los hijos son tesoros sin pulirse
pues vienen a los brazos, inocentes,
los cubres con tus manos al asirse
y brotan sus sonrisas elocuentes.