Andres Almina Negrete

EL BESO

                                                                                                

 

Un beso puede ser tan puro, tan sencillo y complejo;
es la conexión física, una mirada, un deseo y anhelo,
un querer acercarse sin pensar y tocar el firmamento,
poder sutilmente rozar ese rostro, mirando tus ojos,
sintiendo el dulce sabor bermellón de sus labios.

 

Es la entrega total, apasionada, donde entregas el alma,
compartiendo el sentimiento de plenitud al besarle,
en espera de un deseo y sentimiento recíproco del ser,
un momento donde el lugar en que estés desaparece,
olvidándote de todo, uniéndose de repente, las auras.

 

Es vivir el presente, disfrutando el momento de manera inconsciente,
olvidando el pasado, saboreando tus labios, mordiéndote de repente,
acariciando tu rostro, sin dejar de parar, olvidando el futuro,
cerrando nuestros ojos, juntando sentimientos, sintiendo
cómo los corazones laten sin control, discerniendo emociones.

 

Es la combinación perfecta de dos seres que se unen
para vivir una simbiosis, convirtiéndose en metamorfosis,
experimentando el instante de una succión sin precedente,
donde se envuelven, convirtiéndose en un solo capullo,
para ser un solo sol, una luna, un todo absorbente.

 

Es perder por un momento la respiración, tomar aire y continuar,
disfrutando el placer de besar sin complejo y con absoluta libertad,
sintiendo el calor, el sentimiento y la pasión mezclados con amor,
de una persona que vive de lleno el instante y el deseo de rozar
unos labios lejanos, con la tentación de acercarse un poco más.

 

Es un iceberg que puede estar distante, pero hay que alcanzar,
para transformarlo en volcán y dejar la lava derramar,
volando piedras, corriendo la gente al caminar,
al ver el fuego entre los dos, sin pensar en qué pasará,
observando la entrega de un beso, donde no existe nadie más.
 
El beso se comparte con quien desea la combinación,
una mezcla de deseo, amor y experiencia sin control,
sentimientos que se encuentran guardados en el corazón,
donde solo se necesitan dos que se quieran mezclar,
un tiempo que solo se vive una vez y que también tiene final.
 
El beso es el comienzo a la eternidad, donde refleja 
lo que sientes dentro de ti, la parte más hermosa
que quieres compartir donde aumentan la intensidad
de tus sentimientos y emociones que parecen soñar
no hay condiciones, ni críticas, solo la vivencia de poderte tocar.
 

 

Dedicado a Verónica Santana y a todos los seres humanos que entregan todo en un beso.

Andres Almina Negrete - A.V.A.N.


9/4/2025