Una voz

Conocimientos inspirados al corazón de un siervo



  1.   1. El sabio acepta la corrección y se hace más sabio;
          despierta en la mañana y su deleite es hacer el bien.
  2.   2. Siembra con honestidad la tierra,
          y cosecha de ella eso mismo.
  3.   3. Prefiere ser pobre a ser deshonesto,
          y esto le trae su pan:
          uno con sabor a dicha, honor, y tranquilidad.
  4.   4. No se molesta el entendido en enseñar a quien no quiere aprender;
           el necio insulta a quien lo corrige y le alecciona.
  5.   5. Es prudente el que acepta la crítica:
           la sabiduría es como un avecilla que ha anidado en su corazón;
           como una rama, lo acoge y la sostiene,
           siendo aceptada de buen agrado —no la desprecia.
  6.   6. A veces la enseñanza viene por las caídas o el mal tiempo,
           o viene de un regaño,
           pero la oye, y acepta la disciplina.
  7.   7. Lo malo le resulta para bien,
           porque Dios vela por él
           y ejecuta en él su autoridad.
  8.   8. Lo vigila como una nube que nunca se esparce,
           y siempre le obsequia su sombra desde las alturas.
  9.   9. El espíritu iluminado le teme con reverencia.
  10. 10. El amor y temor reverente a Dios
           es el reconocimiento de su gloria.
  11. 11. Su majestad cuida a los que lo alaban
            y le dan toda la honra.
  12. 12. Quien lo reverencia principia en el conocimiento y la sabiduría;
            ha rechazado hacer la maldad que Dios aborrece,
             y ama la justicia que Dios ama.
  13. 13. Dios exalta al que se humilla,
             y ve con amor al débil.
  14. 14. El Todopoderoso no se congracia con los que abusan del poder,
             ni con los que oprimen,
             ni con los que se jactan con orgullo.
  15. 15. El Señor ha elegido morar en espíritu con el humilde,
             en su morada techada de sencillez.
  16. 16. En su palabra habita su conocimiento para los hombres.
             ¡Gozosos son los que la encuentran y abren su corazón!
  17. 17. El necio y el irreverente es un burlón
             y no escucha el consejo;
             desprecia el conocimiento y la corrección
             que vienen del respeto al Señor.
    18. ¿Acaso el oro no vale?
         ¿Acaso la plata pulida no es valuada?
                Es el saber aún más precioso que esto:
                saber que el amor es más valioso que todo.

    19. La sabiduría del sabio lo hace relucir;
              pero la ignorancia es distintivo del irreverente y el burlón.

 

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