Poema del tiburón
El azul del océano me llama
mi hogar, mi vida,
los atardeceres en la playa,
la lluvia que vuelve salvaje la marea.
En el oleaje que feroz se mueve,
la brisa marina que acaricia mi semblante
donde presiento la vida y la muerte,
donde nuestro destino se vuelve impredecible.
Los tiburones son tan salvajes como indomables
en ellos veo belleza y fragilidad,
esos que acechan y se esconden en los arrecifes,
cuando nadan en las aguas serenas.
Esos que parecen monstruos
hasta pequeños peces indefensos,
hijos del océano,
nadadores desempeñados.
Soy de oleaje y agua salada,
hija del mar,
cuando las olas me arrastran
bautizan mi alma.
El océano es una selva
donde habitan animales salvajes
de indescriptible belleza
que nadan con elegancia y astucia.
El mar es una madre protectora
en la profundidad de su seno
hay vida, hay abundancia,
inmensidad y peligro.