Paranoia XIII
El juez y el fiscal, viendo perdido
todito aquel marrullo ejecutado,
dijeron con vergüenza al buen jurado:
—se queda cada agente, detenido.
Y el caso del borracho forajido,
llenó de mucho enojo al abogado;
mas dijo el Ministerio del estado:
—el juez y el fiscal han incumplido.
Por eso cada uno es tarambana:
mancillan y enajenan al modesto,
creyéndose león en caravana.
Así que, desde ya, pierden su puesto;
el juez, por ser de veras, palangana,
también hasta el fiscal por deshonesto.
Samuel Dixon