Salva Carrion

La tarde llega a sus fines

 

 

La tarde llega a sus fines

con nuestros dulces gemidos;

un esplendor a jazmines

puebla los verdes caminos.

 

Bajo el oculto naranjo

me desnudan tus ojos,

y tus gentiles manos

me colman con antojos.

 

Y mira que elegantes

van tus dedos errantes

mimando los rosales

entre mis muslos de mieles.

 

Tus frescos labios húmedos

me embriagan satisfechos

de placeres desnudos

que seducen mis pechos.

 

¡Ay!, que toda me tienes,

y te poseo, y me sientes,

y al punto me enloqueces

con tus dones que acreces.

 

Abrázame, mi amado,

con tu calor renovado,

y dame nuevos agrados

que la noche no ha acabado.