¡Oh sedero!
me adentró en tus misterios, ya me has retado y en algunas he vencido y en otras, me has ganado.
Mi poco cardio, se volcó contra mí, tus piedras, me hicieron patinar, mis pantorrillas, querían salirse corriendo del dolor
Mis manos, ensangrentadas, por tus ramas con espinas, erguida y solemne, me desafiabas y yo que, no tengo fama de gran deportista pero sí de optimista
sólo dame un respiro, una sombra, una charla, déjame curar las heridas, déjame fortalecerme, y te prometo que voy a conquistarte.