Cuando el día llueve, lo vuelves brillante
cuando llegas es como siempre extrañarte
Llegas para cambiarlo todo para bien
Contigo puedo dormir y hasta ya soñarte
Solo eran un par de almohadas
Se convirtieron en comidas
Se convirtieron en noches desveladas
Y conversaciones sencillas
De miradas esquivas con admiración
A besos lascivos y caricias prohibidas
Carcajadas con silencios, con pasión
y electricidad en nuestras salidas
Y así pasan los segundos, minutos, horas y días tan rápido
Tan rápidos para ambos
Que extrañarte es estar en cámara lenta en este cuarto
Donde solo me quedan estrellas en el techo
Tus huellas en la ducha y tus labios en mi pecho.