Luis Barreda Morán

El Amor Verdadero

El Amor Verdadero 

Si en tu camino aparece un hombre que brilla con más fulgor que mi existir,
debes seguir sus pasos sin vacilar ni retroceder en el tiempo,
yo me quedaré en silencio, observando desde la distancia tu partir,
pues tu felicidad es el faro que alumbra mi propio sentimiento,
aunque mi corazón se quede sin tu latido para poder vivir.

Si consideras que su arrullo es más dulce que mi canto en la oscuridad,
y que sus palabras calman tu espíritu con mayor suavidad y calor,
no dudes en escuchar su voz, entregarle tu ser con total libertad,
mientras yo aprendo a soltar tu recuerdo con resignado amor,
guardando en mi pecho el eco de nuestra antigua realidad.

Si sus abrazos te envuelven con la fuerza que yo nunca pude dar,
y en su regazo encuentras la paz que mi pecho no supo contener,
camina hacia su horizonte sin volver la mirada hacia el ayer,
yo me quedaré con los fragmentos de lo que pudo ser,
tejiendo con hilos de esperanza un nuevo amanecer.

Si él despierta en tu alma la alegría que yo no logré inspirar,
y hace florecer en tu jardín las flores que mis manos no cultivaron,
corre hacia su luz sin miedo a dejarme en la penumbra del lugar,
mis lágrimas serán lluvia que limpie las heridas que quedaron,
y el tiempo sanará las huellas que no supimos borrar.

Si en sus ojos encuentras el reflejo de un futuro más radiante y cierto,
y su amor te construye un mundo donde mis cimientos no alcanzaron,
ofrécele tu confianza y entrega sin temor a estar despierta,
mientras yo reconstruyo mi alma con los pedazos que quedaron,
aprendiendo a bailar bajo la tormenta que solo me ha dejado.

Si en algún momento sientes que tu corazón late aún por mí,
y que el ayer nos une con hilos que el destino no rompió,
estaré aquí, con los brazos abiertos, para amar hasta el fin,
pero si no es así, si su nombre es el que grita tu interior,
encuentra en él tu eternidad, y que mi adiós te haga feliz.

Pues el amor verdadero no es egoísta ni reclama su propia voluntad,
sino que anhela ver tu sonrisa brillar incluso lejos de su vista,
así que si él es quien te completa con sincera honestidad,
no habrá dolor que nuble mi fe en una vida más tranquila,
y encontraré consuelo en la belleza de tu libertad.

—Luis Barreda/LAB