Que no tener el pan te haga olvidar que respiras.
Esa es la oración que practican en la hambruna,
a lo injusto no se rinden, en el desierto, o la nada
aun si nadie les comparte algo entre su miseria.
No debes olvidar— recordar bálsamos que te alivian,
si te aferras solo a recordar el agravio y toda afrenta.
La cueva del horror no oscurezca el campo de amor.
Así la gratitud triunfa siempre sobre la ingratitud.
Sí, en esta vida hay mucho dolor. No más que esperanza.
Hemos deseado morir antes que vivir.
Incluso no nacer.
¿Acaso pensaríamos en suicidio sin sufrir de por medio?
¡Jamás! por siempre anhelaríamos existir.
Que el peso de la maldición no te haga ignorar la bendición.
No hay maldad para el justo que Dios no cambie en bondad.