Lloré tu ausencia,
dolía tanto
saber que te marchaste.
Y el alma en resistencia
sufría un cruel quebranto.
Sentí morirme,
con mucho hastío
pues todo disfrazaste
sin que importara herirme,
amor mío, amor mío.
Ahora río
y me divierto
aunque mal tú pagaste.
Y soy agua del río
que hoy riega un nuevo huerto.