Amo cada gesto de tu silueta,
tu cuerpo y alma,
mujer en la flor de la vida,
que absorbes el bebedizo de mi poesía...
Tu risa me estalla,
en el azul de la noche inmersa,
de estrella a estrella,
cada verso es una piedra preciosa...
¡Y cómo rebosa tu llama!
que se abre como una rosa encendida
a mi visual trampilla,
por tu devoción platónico amorosa...
¡Ay, mujer melosa!
con tu pasión de fuego y de lascivia,
mi amante discreta,
tu compañía me colma de alegría...