Es la niebla en su estado imperturbable
la que adormece al sol entre sus asombros
como un yunque de dolor en tonos grises
qué esconde la luz de la mirada
Cae su bruma sobre las almas
mutilando los rostros entre las sombras
oscilando el corazón como una péndola
sobre melancolías abúlicas y moribundas
Es la ofrenda ilusoria de un lunático
que se esconde de la luna bajo los techos
por el miedo al resplandor de la esperanza
que nace en una noche anhelante del alba
intentando evitar su destino de alunado
para dejar de soñar con ser amado