La diferencia (Soneto)
Te jactas de riquezas y de fama,
te envuelves en perfumes de alquiler;
yo visto con verdad mi amanecer,
no cambio por dinero ropa y cama.
El humo de tu gloria pronto inflama,
se quiebra tu alegría al perecer;
yo guardo lo que nunca ha de caer,
un fuego que en el pecho se proclama.
El tiempo es juez que siempre corresponde
derriba las riquezas sin clemencia
devorando soberbia en su camino,
Y al fin se queda el alma donde esconde
victoria que se clava en la conciencia
cantando con ternura su destino.