Medito. Me edito. Me medito allá en el ano
de un universo multiversionado y rescribo
un nuevo planteamiento endógeno enarbolado
ante la existencia. Y no es revolución ni metafísica,
sino desencanto:
¿DÓNDE?
Acaso donde nace el sol y nunca se pone
donde queda congelada
la última gota de la clepsidra
donde el todo absoluto se llena de nada
y la nada expresionada se convierte en polvo.
Las arañas aletargadas no renuevan la tela
las huellas se borran
con el soplo del viento
los pasos se deshacen
erosionados por el tiempo
recuerdos
quedan los recuerdos.
AL PAIRO
En el eco de tus palabras zozobro
y a merced de las corrientes anhelo
vislumbrar un atolón, un peñasco,
un rompiente en medio del océano
donde aposentar mi naufragio y salvarme
de esta angustia caprichosa que me mece
a la deriva, sin brújula, sin mapa, sin remo,
sin vela, sin viento, sin quilla,
sin timón ni timonel;
sin capitán.