Caminando de noche
entre abetos sin lustre
me he fijado en aquellos cipreses del sendero…
He observado su verdor inesperado,
su silencio…
Los cipreses que aletean en silencio
cuando el viento los remueve en la alborada,
me enseñaron a esperar nada
del mundo…
a sentir en el silencio de la noche
la mejor compañía que se pueda…
Solo quiero estar yo solo…
caminando entre cipreses por la noche…
Dejadme en mi soledad…
Solo sin nadie y sin nada…
Desnudo, como los hijos de los hombres,
como los ángeles,
como la nada…
Y en silencio, caminando, continúo hacia la nada…