Secreto Nombre,
Otoño Que mueres,
Que sin quererlo
De dorados despiertas.
Mudo e inmolado
impones falaz
ese antaño y solitario
volcán del alma
que de niña tenía.
Ambigua tu desolada belleza
Cubierto de huecos
Sombríos, opacos
De gruesos maderos desnudos
Desprecias el sol, el tumulto, los días
Otoño tan mío
Me perteneces
Triste, perenne
En esta mi eterna agonía.
En este día que muere
En estas horas que nunca han sido.
Patricia