“PROMENADE” NOCTURNA
En invierno, a las dieciocho horas, ya oscurece
y la temperatura baja de manera brusca,
aunque el ambiente no se vuelva
del todo frío, crepuscular, hostil.
Sí que se hace presente la falta de luz
alrededor de una hora antes, de las diecisiete.
Es el momento en que la luz
del alumbrado municipal hace brillar los charcos
de forma extraña, un tanto incierta
pero no resulta penoso caminar,
abrirse paso, abotonarse la cazadora
hasta el cuello y seguir la ruta.
Parece fácil salir de casa, dar una vuelta,
avanzar sin rumbo establecido,
abrigado y sin predeterminar la dirección,
pues los pasos dirigen y de manera automática
esquivan los charcos,
aseguran un ritmo, una cadencia
como de velocidad de crucero
sobre el suelo recientemente mojado
y por tanto resbaladizo, que,
por calles y plazas,
culebrea hasta penetrar de lleno
en el centro de la localidad.
Gaspar Jover Polo