DOBLE COBARDÍA
Entre mi paz y tu calma
hay que buscar punto medio.
Algo que no dañe el alma
ni que aleje del deseo.
Los dos sabemos muy bien
que el apego no es ansioso
y evitativo no hay quien
lo sienta. Es algo curioso.
Ambos sentimos bonito
cuando estamos frente a frente
pero después de un ratito
nadie dice lo que siente.
Y seguimos estancados
con sentimientos ocultos,
sin exponer lo guardado,
temiendo tener disgustos.
Por no arriesgar la amistad
sacrificamos pasión.
Callamos sin ansiedad
sometiendo al corazón.
¿Hasta cuándo seguiremos
sin confesar este amor,
sin decir que nos queremos,
siendo presas del temor?
Tan bonito que es gritar
sin contener emociones.
Ser libre y poder amar
sin miedo a las decepciones.
Cuando vuelva a ver tus ojos
y mi faz refleje en ellos
te hablaré de mis antojos,
de lo hermoso de tu pelo.
Te contaré cuantas veces
he soñado con tenerte
y a veces cuando oscurece
me emociono por quererte.
Te tomaré entre mis brazos
y besaré tus mejillas.
Mi corazón en pedazos
te ofreceré de rodillas...
...Pero vuelvo a mi letargo,
contengo mi valentía
y de nuevo me acobardo.
¡Maldita mi cobardía!
Tampoco tu te decides
a romper con este idilio
y cuando tu me despides
aún lo haces como amigo.
Y volvemos a lo mismo,
y callamos el deseo.
Matando el romanticismo
sofocamos los anhelos.
Los dos con tímido actuar
desperdiciando la vida.
Los dos con ganas de amar.
Una doble cobardía.
30 agosto 2025