LOURDES TARRATS

Desequilibrado Amor

Desequilibrado Amor

¿Recuerdas, amor,
cuando mis besos
tus labios quemaron,
como brasas encendidas
que no sabían enfriarse?

Nos tocamos con furia
como si el deseo doliera,
como si el alma supiera
que estaba firmando su sentencia.

Tú me apuntaste al cuello con tu daga,
mientras yo, con mi revólver,
te busqué el corazón.

No nos resistimos,
ninguno de los dos.
Tú me culpaste,
yo te culpé,
y entre acusaciones,
nos desnudábamos más.

Éramos amantes y enemigos,
jueces y prisioneros,
fuego contra fuego,
sombra contra sombra.

Dormimos en trincheras,
nos abrazamos con cuchillos escondidos.
Nos prometimos eternidad
en medio del campo de batalla,
sabedores de que todo ardía…
y que aun así, no podíamos parar.

Por millones de años, sabíamos
que para ese dolor nos creó Dios.
No para redimirnos,
sino para repetirnos,
en cada vida,
con los mismos labios,
con las mismas heridas.

Y, aun así,
con todos los fragmentos en las manos,
te buscaría otra vez…
solo para volver a rompernos
.

—L.T.