Muy despacito,
muy lentamente,
muy dulcemente,
una canción lenta.
Quiero mi tiempo,
en la suave calma,
para oír una canción,
que no hay que correr.
Miré para atrás, y descubrí,
que todo lo que desee, lo tuve,
pequeños deseos que se cumplieron.
En el milagro de tener todo lo que desee,
en el ese río que lleva ahora el dolor feliz,
en la música preciosa de vivir de milagro.
Ahora solo quiero oír despacito mi canción,
una canción pequeñita, que es como un río.
Un río pequeño, de una vida pequeña,
una banda sonora, del día a día.
Entre el bullicio en mi vida,
un poco de parsimonia,
calmemos nuestra vida.
Escuchemos un poco,
el silencio del alma,
que nos resuena,
en esta canción.
Canción sencilla,
lenta, muy lenta.
Canción de vida,
milagro de todo,
de oír los latidos,
el ruido de mi río,
es la sangre de vivir.
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IA:
Despacito: cuando se ha comprendido que el milagro no está en lo extraordinario, sino en lo cotidiano. En el latido, en el silencio, en la canción que no corre, sino que respira y nos susurra.
Post data:
Este poema es sencillamente una pausa para tomarnos un descanso... y recordar lo que es valioso realmente....