Hay amores y amores que comienzan con esperanza, más pasión que firmeza, buena sensación al comienzo, pero el dolor pronto llega, por una palabra, una injusta razón, una fea motivación.
Es natural que pasen estos disturbios cuando el amor es fuerte.
Es uno que ha peleado por años en contra de su muerte, en contra de los dos y de los malos momentos de cada uno, pero que fue perdiendo la pelea con el tiempo por seguir latiendo.
Es también natural que haya disgustos por diferencias, peleas por incomprensiones o lejanías por orgullo.
Entonces pasan unos años y uno de los protagonistas de este amor ...
El amor se comienza a sentir solo, hay una gran distancia. La geográfica no es la que más importa, duele más la del abrazo, la del contacto, la de la mirada y la de la cama vacía, porque solo hay uno, nunca dos.
Hay tanta necesidad, el que lamenta todo, quiere, desea, planeó un mañana para los dos, algo que sonaba más a utopía que a realidad; al final fue solo eso, un sueño.
He acá de nuevo la dura realidad, está siempre está latente, presente, consciente, que recuerda el espacio vacío que deja el otro cuando del teléfono queda solo una conversación.
En unos minutos hubo algo, vivo, que latía entre dos, era un ser que tenía su propio nombre, sin adjetivos, pero sí con un motivo, uno que, mientras ese cursor latía, él también lo hacía, pero luego…
El cuarto, soledad, vacío, oscuridad, un poco de llanto y abrigar un cuerpo que ya sentía más pasión, no por el otro, por sí mismo, más por la ausencia de un “nosotros siempre juntos”, que se radicó en la mente romántica y poética de estos dos.
Y así, cada día, meses, años, en medio de la realidad, soledad, vacío, oscuridad, el alma requiere más, porque ama y ama a la otra alma, pero… No hay un presente vital que compartir y menos un mañana que dé deseo de seguir vivos y viviendo una historia que de ser hermosa se volvió eso, realidad.
Y al final la realidad vital se apoderó de todo.
Él allá es su vida, su entorno, sus gustos y todo tan aparte de lo de acá, nada había ya, si acaso un poema, una canción… Un poco de tiempo qué compartir.
Porque el de acá ya se quedó tan solo en el anhelo de un mañana juntos que ese amor fuerte que unía a los poetas dolía …dolía tanto en las noches solitarias y frías, dolía tanto que solo lágrimas habían de tener tan moribundo ese anhelo/sueño de un mañana juntos.
La realidad…supera todo, dicen que la ficción, sí, supera hasta un amor así, fuerte, poético y romántico.
Anna.
Agosto 31. 2025.
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