Jesús Ángel.

El juego.

Sabiendo que todos estamos  
dentro del mismo bombo: el de la lotería 
de la existencia.

Y cada vez que se abre,  
y una esfera cae, alguien perece
para continuar su viaje,
o se desvanece su fulgor.

También se sabe, 
que el tiempo es 
un tesoro, que no 
se puede desaprovechar.  

Porque lo importante  
no es esquivar lo inevitable, 
sino abrazar la vida
con intensidad...

mientras el bombo gira sin parar. 

Por eso, quien comprende 
lo anterior,  
la danza del azar  
y conoce su sombra:  

Vive cada instante  
como un regalo,  
con gratitud y serenidad.  

Exprimiendo su tiempo,  
como quien extrae el zumo  
de una naranja, cada día igual de único,  
importante y especial.  

Porque sabe que el bombo  
nunca descansa,  
que partir sin entender  
es el destino compartido.


Y que un día cualquiera, por eso, del unos llegan, otros van,  
girando en el juego del azar, en un flujo perpetuo,  
preciso e inmutable:

El premio de la lotería,
tarde o temprano,
le habrá de alcanzar.