Yoleisy Saldana

Invierno De Los Dias.

Sembraste amor en abundancia y, a cambio, recibiste el cruel abandono de aquellos que un día juraron amarte.

En el rincón frío de un cuarto, tu alma solitaria se sienta mirando al techo, como implorando en silencio el regreso de la primavera de la vida que se marchó cuidando a ochos hijos
que hoy solo te ven como una carga.

Tus ojos tristes guardan memorias de lo que el tiempo se llevó:
instantes en los que fuiste inocencia,
cuando la juventud era una amiga incondicional que se fue sin avisar, dejando en su lugar
el invierno de los días.

La vida sigue pasando frente a ti,
como si fueras un tesoro invaluable
cuyo valor ya nadie reconoce.

Tú, que un día fuiste luz, esperanza, camino, entrega, verdad y ternura, hoy sientes el paso cruel del tiempo, borrando tu historia.

Como si no fueras más que un estorbo
abandonado entre el polvo del camino
que un día recorriste con paso firme.

Te miro y no puedo evitar llorar ante tu fragilidad, como la de una niña desamparada
que ya no espera nada bueno de la vida.

Como si tu existencia fuera un faro apagado,
que alguna vez iluminó el universo
y ahora yace en una galaxia extinta,
viviendo solo en la memoria.