En calles solitarias los parroquianos deambulan,
mientras damas atractivas viven casi sonriendo,
pues con mirada cabizbaja todo lo disimulan,
y van tomando su presa pues la noche va naciendo.
Nadie se conoce, pues usando están su apodo,
y por calles oscuras encerrando van pasiones,
son mujeres que ansiaron vivir de ese modo,
aunque el dolor les taladre sus humildes corazones.
Nadie sabe su historia, son mujeres invisibles,
son mujeres sin voz, muchas veces marginadas,
vidas que van sin rumbo, son mujeres tan sensibles,
mujeres que en este mundo son bellas y deseadas.
Son mujeres consejeras que abrigan sus bonanzas,
que dibujan con su cuerpo noches de ilusiones,
en silencio aprietan sus manos implorando esperanzas,
sobre sábanas frías que le esperan en ocasiones.
Son mujeres que caminan por un mundo inseguro,
y siempre viven llenándose de vanos ofrecimientos,
ellas tienen rota el alma y se visten de un amor puro,
más el dinero ruin, va llenando sus sentimientos.
Todas se miran calladas viviendo solo el presente,
y a diario caminan en el mundo de la explotación,
ya es hora mujer divina que limpies con fe tu mente,
vístete como una dama y anda en otra dirección.