Así sucede cuando nadie cree que sucede,
cuando todo emerge de la nada.
Mi mente explorándote se excede.
Te desnudo pertinaz con la mirada,
tú te vistes con una sonrisa de inmediato
y me devuelves con creces la mirada,
entonces todo es irreal, es inexacto:
mi nombre, el tuyo, todo, nada,
y el desnudo soy yo, endeble, inerme
tanteando una pilastra, una escapada,
para así evadirme o sostenerme,
mas palpo vacío, encrucijada,
y caigo en cuenta que me tienes
asido de una cuerda envenenada
que me ata, me encanta y me retiene.
Tú sonrisa es el aliciente y la carnada.
¿tú mirada qué es? Dímelo apenas
con una sonrisa y otra mirada
que preserve la llave de mis cadenas.