Jesús Ángel.

Entre Apolo y Dioniso.

Con esa imagen  
tomada en el Museo
 Nacional de Roma,  
frente a la estatua del dios Dioniso…

Entre Apolo y Dioniso.


Entre los dos eternos rivales,  
las fuerzas opuestas del 
ser humano...


fuerzas que hoy siguen
 tan vigentes  
como en los días del ayer.

Apolo,  
símbolo de la razón,  
del equilibrio y de la luz.

Dioniso,  
símbolo del instinto,  
la pasión  
y la embriaguez vital.

Hasta mi último aliento, 
siendo quien ahora soy...


bien sabe este universo  
que me quedo con los dos.

Porque solo habitando a ambos,  
en alma, mente y cuerpo,  
he comprendido esto:

¿Qué sería esta vida  
del uno sin el otro?

Y mira que, con Dioniso,  
entre noches de fiesta,  
desvelo y exceso,  
más fue lo sufrido
que lo aprendido...

Pero totalmente seguro,
que ambas necesarias.

Para todo lo anterior,  
esta inalterable  
y única condición:

De Dioniso,  
nada del descontrol.


Y de Apolo,  
nada de pretensión.  
Solo, y como siempre…  

¡Superación!