I. Kurobane

Dulce condena

¿Serán actos de bondad los que por elogios se realizan?

¿Serán entonces condenados los pecados amables?

 

Si a quien tememos

y abrazamos le parecerá

oportuno hacernos perecer

 

Por motivo del error

Sin arrepentimiento,

¿entonces no serán crueles

las dulces manos del génesis?

 

Un regalo maldito,

el dado por un fruto desconocido:

el libre albedrío,

que nos aprisiona en errores.

 

Errores, sinónimo de humano,

carentes de humanidad,

abundantes en el cruel

tormento de los impulsivos sentimientos.

 

Somos jueces y verdugos,

buscando redención en un mundo

de contradicciones.

 

La libertad que anhelamos

se convierte en cadena,

y en cada decisión,

nos consume la pena.