Paranoia VII
Y fuimos a la corte otra mañana,
el juez nos recibió de gran manera,
y dijo: ¡bienvenidos! —la portera—,
esperen al fiscal de filigrana.
Se asoman los agentes de la plana
y el juez dice enseguida: —¿qué hubo afuera?
¿Por qué la policía es una fiera
con gente tan humilde y soberana?
Responden los soldados: —¡señoría,
nosotros lo apresamos, disfrazado,
allá, frente a una puerta en cacería!
Y dice, nuevamente el demandante:
—la noche estaba tímida, sin hado,
y yo era solamente un caminante.
Samuel Dixon