La alondra de siempre
posada en el árbol de la
otra calle.
La misma alondra que de
vez en cuando trota sobre la
hierba...y se pierde...
El agua, lavando las hojas
y haciendo un montón con ellas.
Los lotos, floreciendo siempre.
Y la vida...la vida, posada
en las huellas de la otra tarde.
L.G.